viernes, 24 de enero de 2014

EXTIENDE TU MANO

Evangelio según San Marcos 3,1-6. 
Jesús entró nuevamente en una sinagoga, y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si lo curaba en sábado, con el fin de acusarlo. Jesús dijo al hombre de la mano paralizada: "Ven y colócate aquí delante". Y les dijo: "¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?". Pero ellos callaron. Entonces, dirigiendo sobre ellos una mirada llena de indignación y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: "Extiende tu mano". El la extendió y su mano quedó curada. Los fariseos salieron y se confabularon con los herodianos para buscar la forma de acabar con él. 


En estos tiempos en que la Misericordia de Dios esta de moda y se vende al por mayor en el supermercado bajo el nombre de "misericordina", el Evangelio del día de ayer, nos retrata en forma elocuente no solo que Dios tiene poder para perdonar, pero que Dios no sana sin el hombre aceptar y dar un paso verdadero y esforzado hacia la recepción de ese perdón. Hoy en día se tiene una idea fallida del amor de Dios, el "por todos" en vez de " por muchos" se nos ha subido a la cabeza. Jesús en el Evangelio le pide al tullido que extienda su mano,  pero como es esto? si esta tullido? como es que le pide que extienda la mano cuando no la puede mover? pues tiene la otro mano y con ella puede ayudarse a extender la mano tullida! Jesús esta siempre empujándonos a la virtud de la magnanimidad, a esforzarnos por valorar su amor,  por dar pasos a recibir ese amor que en esencia es eternamente incondicional, pero que no puede obrar plenamente de no decir nosotros un si activo. Dios tiene poder de sanar, pero esta en nosotros libremente aceptar o no esa sanación. Hay una lucha que el tullido debe hacer por extender el brazo hacia Dios que le quiere sanar, esa lucha es nuestra lucha diaria por dar pasos hacia el encuentro con Dios, quien siempre esta dispuesto. La Redención es para todos pero la Salvación es para quien la quiera aceptar. Así como Cristo en este pasaje no solo le pide al hombre de la mano tullida que extienda la mano sino que primero se ponga "delante" de El, así también es necesario que el hombre doble rodilla ante Dios, reconozca la necesidad que tiene el alma del obrar de la Gracia... sin esto, el tullido no podría ser sanado...El de la mano tullida tuvo que luchar contra el miedo, la vergüenza y el que dirán y ponerse en frente de Cristo y de todos quienes no creían. Esta lucha la hacemos hoy también nosotros, y se traduce en la persecución que se hace de aquellos que son " demasiado religiosos", hoy día  la virtud de la religión es mirada como un rasgo de "fanatismo". El tullido tuvo que combatir miedos para ponerse delante de Dios y ser sanado, del mismo modo nosotros debemos ser valientes para ejercitar nuestra fe ante el mundo y dar pasos efectivos para recibir el perdón y la paz.

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