jueves, 23 de enero de 2014

La pastoral del "todo vale" (I) - Grotesca forma de promover el Santo Rosario

Comenzamos a partir de hoy una serie de entregas de lo que denominamos, la pastoral del "todo vale" que son recopilaciones de "iniciativas pastorales" que tienen por objetivo "estimular a los católicos y en especial a a la juventud en la práctica de la vida religiosa". 

Todos saben que el Rosario es la devoción de la Iglesia de occidente por excelencia. Santo Domingo de Guzmán en su cruzada contra los albigenses en Francia recibió de manos de la Santísima Virgen una singular herramienta espiritual para vencer a los enemigos de la Iglesia. Y esa devoción es la del Santísimo Rosario, que en su forma actual (con los misterios) fue codificada por el Papa San Pío V al poco tiempo de acabar el Concilio de Trento.

Muchos santos han escrito tratados sobre esta especialísima devoción, entre los que destacan San Luis de Montfort. Todos los santos de la historia se han servido del rezo del Santo Rosario para alcanzar la perfección espiritual. El Papa Leon XIII era un gran devoto del Rosario y escribió un gran número de encíclicas sobre el Santo Rosario.

La Santísima Madre de Dios dijo a los tres pastorcitos en Fátima:
Quiero que vengáis aquí el día 13 del mes que viene; que continuéis rezando el rosario todos los días, en honor de Nuestra Señora del Rosario, para obtener la paz del mundo y el fin de la guerra, porque sólo Ella lo puede conseguir. (13 de julio de 1917) 
Y es así, con el Rosario se han ganado grandes batallas. La Iglesia concedía especiales indulgencias a quienes se dedicaban a rezarlo. Pero, de un tiempo a esta parte, que ha sucedido con el rezo del Rosario?

Por algún misterio, el rezo del Rosario quedó relegado a una devoción de mujeres, de ancianas, de las viejitas de la Legión de María de la parroquia del barrio. Aparentemente, nada atractiva, inclusive, es vista por los jóvenes como una aburridísima secuencia de oraciones "repetitivas". "Los jóvenes quieren divertirse" dicen los catequistas. "Por eso hacemos dinámicas y juegos para que tengan ganas de venir a la parroquia" continuan diciendo.

La vida espiritual, la vida de oración es un componente nuclear de la vida cristiana. Ya no se estimula la oración en las catequesis. Los jóvenes dizque católicos ya no rezan devotamente. Ni a confesarse van! No se inculca el valor infinito de la oración y es así como muchos pierden la fe y abandonan la práctica religiosa.

Y ante esa necesidad de inculcar la oración, hay católicos, tal vez no malintencionados que procuran que los jóvenes y adultos se interesen por el Rosario. Nos hemos topado con un spot publicitario, que "invita" a rezar el Rosario. Escúchenlo ustedes.

https://www.youtube.com/watch?v=nGo4lkFv4JM

El fin no justifica los medios. Los diálogos tienen una connotación cuasi erótica. "Estabamos solos mi novia y yo en su casa y entonces dijimos por qué no lo hacemos?". El que hizo esto, realmente tiene aire en la cabeza o quiso llegarles a los jóvenes con las cosas santas de la misma forma que el mundo presenta lo que el mundo ama, de manera sensual y apetitosa, bajo un aire de lujuria. Una mente morbosa se recordará de lo que parece el mensaje y no del mensaje mismo, es decir, le olerá a bajos instintos. Y el mensaje es ofensivo. La gran arma del Cielo ha sido rebajada a un juguete, a algo sin valor.

Y así es como fracasan las pastorales modernas, cuando se mundaniza lo sagrado, se pierde inmediatamente la fe. Entendemos la necesidad de llenar los salones parroquiales, pero esta no es la forma. Como pretenden mostrar a la Divina Majestad en el lenguaje diluido y hueco de la juventud de hoy día? No es mejor enseñar el método montfortiano o establecer como regla de los encuentros de grupos juveniles el rezo del Rosario ante el Santísimo Sacramento expuesto?

Estos jóvenes no se convertiran ni abrazaran la oración mientras no sepan por qué y para qué se reza. Y si por ahí quien puso el vídeo en Youtube lee esta entrada, sepa bien y no olvide que ha fracasado. Mas le valdría pedir Espíritu Santo antes de ofender a lo que es santo.

Dios nos agarre confesados y comulgados. +




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